–¡Dale, papá! ¡Es por acá!
–Pero hija... me parece que es allá donde...
–No, papá, es por acá. ¿No ves que están entrando todos juntos?
Pero hija...
–Shhh... Dale, no discutas. ¿Quién te guió para retirar las valijas en la otra punta del aeropuerto, eh?
Me la imagino a Lolita, inquieta, movediza, rápida para las decisiones y con ese sentido común que tiene, arrastrando al padre para entrar al Museo del Prado.
Ayer me había anunciado que hoy irían a visitarlo. Le pedí que disfrutara de Goya, Zurbarán, El Greco, Ribera, Rembrandt y Velásquez. De todas las maravillas que iba a encontrar allí. Le avisé que ni se le ocurriese sacar una foto si no quería meterse en problemas.
Así que hoy se pasó la mayor parte del día recorriendo uno de los más exquisitos museos que he conocido.
–Pero hija... me parece que es allá donde...
–No, papá, es por acá. ¿No ves que están entrando todos juntos?
Pero hija...
–Shhh... Dale, no discutas. ¿Quién te guió para retirar las valijas en la otra punta del aeropuerto, eh?
Me la imagino a Lolita, inquieta, movediza, rápida para las decisiones y con ese sentido común que tiene, arrastrando al padre para entrar al Museo del Prado.
Ayer me había anunciado que hoy irían a visitarlo. Le pedí que disfrutara de Goya, Zurbarán, El Greco, Ribera, Rembrandt y Velásquez. De todas las maravillas que iba a encontrar allí. Le avisé que ni se le ocurriese sacar una foto si no quería meterse en problemas.
Así que hoy se pasó la mayor parte del día recorriendo uno de los más exquisitos museos que he conocido.
Es como si pudiera verla sentada, absorta y extasiada, ante una obra de Tiziano. Caminando, de sala en sala, buscando con qué más regocijarse los ojos y el espíritu.
Entró siguiendo a una comitiva y cuando el padre le preguntó algo a uno de los miembros, el hombre lo miró, extrañado, como si no le entendiera lo que estaba diciendo.
Efectivamente, no le entendía ni la “a” porque era alemán.
Y lo que el papá de Lolita quería averiguar, es adónde se pagaba la entrada...
Lolita, emprendedora y audaz como es, se había mandado junto con la comitiva de alemanes... sin pagar los 8 € de la entrada. Ni ella, ni el padre.
De manera que –como me contó por teléfono en su llamada de cada día–, hoy iban a celebrarlo con una cena especial, gracias al ahorro involuntario de dieciséis euros.
Que la disfruten.
El Profesor
se te nota nostalgico, pero feliz por ella...
ResponderEliminardeshora.
Lolis, argenta 100%, jajaja!!!!
ResponderEliminarQuedé extasiada de solo imaginarla recorriendo un museo que tiene historia a cuestas.
Me alegra el corazón por ella!!!
Besos enormes a los dos, mis queridísimos ahijados y amigos!!!!
Como hacer para no estrañar a la persona que se ama? aunque uno sepa que se encuentra feliz.
ResponderEliminarDisfruta el viaje Loli!!!!!!!!
Que lindo sería verlos en el Museo juntos recorriendo esos largos años de historia, espero que algun día puedan hacerlo.
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