miércoles, 6 de abril de 2011

¿Pero quién me pellizcó el…?

Acá, en esta esquina, la del Correo, me bajo todos los días del colectivo de la línea que me trae desde la oficina hasta el centro y de ahí, a cuatro cuadras tomo cualquiera de los de la TAMSE que me dejan en la facultad.
El miércoles es el día que llego a las apuradas, porque entre un colectivo y otro casi no tengo tiempo para llegar a horario a la clase, así que ni siquiera puedo comer algo.
Hoy venía agradeciendo el haber alcanzado un colectivo que llega unos minutos antes al Correo, porque se me estaba haciendo muy tarde, y pensé en descender una parada después para estar más cerca de la siguiente pero, debe ser por la costumbre, terminé bajándome en la de todos los días.
Descendí del colectivo apurada, y empecé a caminar esquivando a todos los pasajeros que bajan de otras líneas en la misma cuadra, a los que caminan como pidiéndole permiso a los pies para moverse y a todos los que suelen estar al vicio en ese estratégico y atestado punto de la ciudad y enfilé hacia el cruce de peatones de las dos avenidas.

Así me había vestido hoy, con un jean celeste, una remerita y sandalias, porque todavía hace mucho calor y cuando uso este pantalón me doy cuenta que me miran y a veces hasta me dicen cosas que no escucho, y hoy era uno de esos días que lo único que quería era subirme al otro colectivo y que llegara pronto a Ciudad Universitaria cuando de pronto… ¡sentí que alguien me pellizcaba la cola!
–¿Pero quién es el…? –dije, y me di vuelta con mi mejor cara de muy pocos amigos para ver quién había sido el atrevido que se creía que estaba en Roma –el Profe me contó que en Roma es bastante común que te pellizquen el traste en la calle–, dispuesta a darle un carterazo o empezar a los gritos ahí, en medio de la multitud y me encontré frente a una cara conocida y sonriente.
La cara del Profe.
–¡Gordi!–grité.
–¡Loli! –dijo, y largó la carcajada, divertido, como cada vez que hace una travesura–. ¡Jajaja!
–¿Qué hacés acá?
–Te estaba esperando…
Había ido al centro para hacer unas cosas de él y averiguar algo que le había pedido para mí, y como sabe a qué hora suelo llegar, me estaba esperando.
–¡Llego tarde a la facu, mi vida! –le dije.
–No te hagas problemas, dale que te acompaño a tomar el colectivo –me dijo y me agarró de la mano. En la mano de él tenía mis chicles preferidos. Empezamos a caminar hacia la parada de TAMSE.
–¡Gracias mi amor! –el Profe siempre me sorprende con sus detallitos.
–¿Comiste algo?
–Naaaa... No tengo tiempo…
–¿No tenés hambre?
–Y sí…
–Vení, vamos al “Sánguche Veloz” –me dijo, haciendo referencia a un quiosco que está en una esquina de General Paz, que tiene unos sándwiches exquisitos, en el cual más de una vez compramos algo para comerlo sentados en uno de los canteros de la peatonal.
–¡Marche un pebete de jamón y queso calentito! Rápido, por favor –le dijo a una de las chicas que atiende y me compró un pebetón de los que sabe que me gusta.
–¿Querés una gaseosa chiquita?
–No, mi vida… dejá –le contesté, y después, mientras iba en el colectivo me arrepentí por no haberle aceptado el ofrecimiento.
Me acompañó hasta la parada mientras yo iba deglutiendo el pebetón y cuando vino el colectivo le di un beso a las apuradas, y subí.
Mientras viajaba y me arrepentía por no haber aceptado la gaseosa, me quedé pensando que el Profe es un hombre sorprendente, imprevisible, atento, cortés y divertido, que todos los días me da una nueva sorpresa.
¿No es un dulce, el Profe?

Lolita
Foto © by http://my-ciudad.blogspot.com
 
 
 

16 comentarios:

  1. Jojo.. qué chistoso! mínimo que Lolis se dió cuenta que era el Profe, que si no, santo mazapanazo que le daba.. ji ji ji..

    A mi una vez me hicieron eso en la calle cerca del metro, yo tenia una chiquifalda blanca muy bonita, y hacia mucho calor, no se de donde, pero algún tipejo de esos incapaces de conquistar a una vieja de buen modo, me metio la mano por detrás;alcancé a sujetar su mano y empecé a forcejear con él.La gente nos veía y yo más le gritaba hasta que nos separaron, entonces me vi con un tenedor en la mano picandole el brazo a ese tipo, no recuerdo en qué momento la tomé, ni cómo es que se lo encajé, pero como iba toda de blanco, mi ropa se manchó de sangre, el tipo se alejo lastimado (no me arrepiento), pero creo que ganas de volverlo a hacer no le quedaron. Así toda manchada tuve que irme a la escuela, desgraciadamente también se me quitaron las ganas de usar falditas; cuando me arreglo y salgo a la calle también me dicen muchas cosas y por eso, sé que hago mal, pero evito arreglarme, a veces siento que no me aguantaré y me la pasaré peleando todo el dia...

    Pero qué chistoso y agradable fué ese momento de los 2.Ojalá sigan contandonos esas cositas pillas que se hacen y que los hace más felices.

    Abrazos.

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  2. Hay Louuu siempre los pantalones sin bolsillos te resaltan el culo ;) nunca use uno de esos ajajjaja. No necesito pantalon qe me reslten el culo ¬¬ se REsalta solo el hddpppp :@
    menos mal qe te diste vuelta!!! mira si hacias como si nada jajajaja.

    Que lindoo esoo oquiero quiero!!! quien no sueña con qe te esperen asi, de sorpresa.

    Besote!

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  3. Que lindo pantalón, lo bueno es que era el profe jejej

    Querida Levania, es que nosotras vivimos en el DF aquí es una jungla, ami me paso algo muy parecido en el metro recuerdo que le metí sus golpes a un chico por mano larga, aquí no dan pellizcos aquí casi te sientes en el papanicolau jajaja aunque yo no renunciare nunca a mis pantalones estilo Shakira, ni al escotazo aunque me vaya peleando, demasiado trabajo me cuesta ir al gym

    Y Cami el culo generoso es muy sexy amiga, un besito

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  4. ¡Qué linda sorpresa que te dio El Profe! Me pareció simpático el pellizco porque era él. Si fuera un desconocido me hubiera indignado.

    Ahora ya sabés que no podés comer un pebete de jamón y queso sin bebida.

    Cariños a los dos.

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  5. Jajaja hermoso gesto el ir a buscart y sorprenderte así.
    Me alegro por ambos queridos.

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  6. sos de cordoba lolitaaa!!!

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  8. Me encantó tu pantalón!!!
    Me alegró, ahijadita, que quien te toqueteó haya sido el pícaro Profe, jajaaja!!!

    Acá no te pellizcan, directamente pierden sus manos en nuestros traseros!!!

    Besote hermosa!!!

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  9. Me imaginé la cara del Profe cuando te diste cuenta de que era él quien te había tocado la cola. Fue una imagen muy graciosa.
    ¿Qués estás estudiando, Loli?

    Y con respecto a tu pregunta, sí, lo es. ¡Es un dulce!

    Abrazo, para ambos.

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  10. Me imagino tu cara, Loli! El otro dia me hicieron lo mismo y no precisamente un conocido en un boliche, le pegué tan fuerte que creo que le va a contar el golpe a sus nietos, bisnietos y toda su parentela, de la que me acordé a la perfección mientras ejecuté el golpe :)

    Felicidades al Profe, esos detalles son únicosss!
    Besitos!

    Eleanora Rigby!

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  11. Jajajajaja Sorpresa!
    Menos mal que era él y no otro que de seguro se merecía un carterazo o un tortazo!
    El profe es muy considerado... todo un caballero!

    Que andes bien

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  12. Loli, convengamos que hay curvas que encima acentuadas por ciertas ropas, no dejan otra formalidad que el pellizcón, jajaja...

    Y bue, a disfrutar del pebete sin gaseosa, pero ya imaginando algún postrecito nocturno, no?

    Besos para vos y abrazo al Profe

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  13. Loli, menos mal que era el Profesor, sino ya te veía a los carterazos.
    Esas son las pequeñas grandes delicias de la vida de a dos.

    Buen fin de semana para ustedes.

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  14. Se merece elogios el profe.
    La verdad que flor de sorpresa!
    Un besote Loli.

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  15. LEVANIA:
    ¡Ay, querida! ¡Qué historias las tuyas! Por suerte esta anécdota con el Profe no fue más que una bromita que termino con una risa y un par de besos.. Jejeje.
    Un abrazo.

    Cami:
    No, no, ese de la foto no es mi trasero ni mi pantalón, jeje... es sólo una foto ilustrativa! :) Yo odio los pantalones con bolsillos porque no tengo donde guardar las cosas. :(
    Besitos!

    Lilith:
    Si, ¡Menos más que era el Profe! Aunque antes de saber eso me llevé un buen susto! :(
    Un beso grande!

    Marga:
    La verdad, fue simpático y ocurrente el chistecito del Profe... jeje.
    Y si, el pebete debe estar acompañado obligatoriamente con una buena gaseosa ;)
    Un abrazo.

    Siempre Ana Belén:
    Gracias... Debo confesar que siempre es una alegría encontrarme al profe en los momentos más inesperados :)
    Besitos

    Alma Hippie:
    ¡Siiii!!! ¿Vos también?

    Paulita:
    ¡Uy, qué terrible la situación de que suceda eso con desconocidos!
    Tuve la suerte de que la mano que me pellizco a mí ya era familiar... jeje
    Beso enorme, madrina!

    Valentina es así:
    Cuando yo me di vuelta dispuesta a matar al atrevido, el Profe puso una carita de inocente...! jajaja
    Estoy estudiando Ciencias Económicas..
    Besitos.

    Eleanora Rigby:
    Por suerte lo mío no llegó tan lejos. Simplemente tuve que decir:¡Ay, Gordi, me asustaste, por Dios! :)
    Beso grande!

    Santitah:
    A veces tiene estas cosas el Gordi, pero por lo general es todo un caballero educado... ;)Jeje
    Besitos!

    Gastón:
    ¡Cómo me arrepentí de no haberle dicho al Profe que me la comprara! ¿Postrecito nocturno? Jajaja.... ese sí nunca falta! ;)
    Besitos.

    lady baires:
    Sin duda que son esos pequeños detalles los que nos alegran los días... ¡Aunque por momentos nos hagan dar grandes sustos!
    Un beso grande.

    Nerea:
    ¿Elogios? Jajaja... Quizá si, es todo un ocurrente, no?
    Un abrazo.

    Lolita.

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  16. El profe es un dulce... yo quiero un novio así. Donde lo consigo????

    Saludos

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Lolita y El Profe