domingo, 11 de octubre de 2009

Las olas y el viento...

–Papi...
–¿Mhhh-hh?
–Sho quiero pedirte una cosa...
–¿Mhhh-hh?
–Pero no sé si vos vas a querer...
–No veo qué puedo no-querer antes de saber de qué se trata, Loli...
–Ah, sí, claro... Bueno.
–¿Qué querés pedir, Princesita?
–Mmmm... ¿Viste que en el viaje por España me la pasé comiendo frutos de mar?
–Ajá. ¿Querés comer frutos de mar? ¿Es eso?
–Sí. Pero también hay un lugar al que quiero ir.
–Ah, entonces son dos cosas las que querés pedir.
–Y, sí.
–¿Y a qué lugar querés ir a comer los frutos de mar, Loli?
–¿Viste Puerto Madero?
–Sí, mi vida. Puerto Madero, claro.
–¿A vos no te gusta? ¿No querés ir?
–¡Pero Loli! ¿Por qué no voy a querer ir, eh? Vamos a Puerto Madero, entonces.
–¿En serio?
–Pero sí, chiquitina, claro. Y vamos a buscar unir los dos pedidos: Puerto Madero con frutos de mar.
–¿Y vamos a comer mirando hacia la costa?
–Seee, Loli. Y también vamos a cantar “Las olas y el viento, zucundun, zucundun... y el frío del mar... tralala tralala...”
–Jajaj, Papi.
Y así fue que nos pasamos todo el maravilloso viernes soleado y templadito, recorriendo Puerto Madero desde la entrada de la calle Sarmiento hasta más allá de la prolongación de la avenida San Juan. A la hora del almuerzo, claro, buscamos un restaurante que preparara los frutos de mar que Loli quería zamparse.



Después del segundo plato de esta ensalada (foto tomada in situ) y de una porción de Kani-Kama con salsa Golf, Loli se dio por satisfecha, aunque aceptó de buen grado un helado de pomelo rosado y limón (quizás porque las señoras mayores decían que el limón es colagogo).
Por lo general, Lolita se deleita con la comida. Pero pocas veces la vi disfrutar tanto como con esa ensalada de frutos de mar, a excepción del primer día que la persuadí que probara la paella, en nuestro restaurante preferido de Córdoba.
Para morigerar los efectos colaterales de tan copioso almuerzo –admito que yo me mandé al buche todo lo que me sirvieron, incluyendo una petit-porción de la misma ensalada de Loli–, empezamos a caminar por el paseo que bordea al riachuelo, hasta que llegamos a la Fragata Sarmiento.



–¿Vos viajaste en este barco? –me preguntó, con esa carita que pone cuando se le ocurre algo, que tenía que ver con una visita histórica y de reconocimiento.
–No, mi amor. Por aquel tiempo esta fragata ya estaba fuera de servicio como buque escuela –dije–. ¿Querés que la abordemos y demos una recorrida así la conocés?
–¿En serio?
–Claro, Loli. En serio. Y de paso aprovecho y te cuento algunas cosas, ¿dale?
–¡Siii! –se entusiasmó y se colgó de mi cuello rodeándomelo con los brazos y allá fuimos, a recorrer ese buque escuela ahora transformado en museo.
Y después seguimos caminando hasta la hora en que empezó a caer el sol, a refrescar más de la cuenta y entonces regresamos, en un subterráneo atestado de gente que terminaba la semana laboral.
–Papi... Qué lindo día pasamos, ¿eh?
–¿Te gustó, Princesita?
–Sí, mucho. Gracias por darme los gustos, mi amor.
–Nada, Loli, nada. Que me fascina verte feliz.
–Ahora, Papi... ¿Por qué no había ni viento, ni olas, ni mar?
–Mjm... Bueno, en vez de viento estaba esa brisita fresca. Entonces, como no había viento, tampoco había olas. Por cierto, tampoco había porque no es el mar, Loli, aunque en el Río de la Plata, en días de tormenta, también se forman olas de considerable porte.
Apretujados como estábamos en el vagón repleto, Loli me hizo una seña para que me acercara y pudiera decirme algo en secreto.
–Ah... Y, Papi...
–¿Mhhh-hhh?
–Tampoco hubo “Zucundún, zucundún”. Ufa –me dijo en voz baja, con sus labios muy cerca de mi oreja.
–Dale tiempo, Loli, dale tiempo –le susurré en la suya, para que nadie escuchara–. El día todavía no terminó...


El Profesor

3 comentarios:

  1. Será k por eso me hacen llorar con sus escritos?por k es tan raro encontrar personas tan sensibles en el planeta, k disfruten de las cosas mas sencillas (un plato de esos frutos por ejemplo). k cuando uno los encuentra, aunk no los conozca en persona, los considera sus amigos (como yo me los apañe de amigos a ustedes hace muuucho tiempo XD).
    Y ya me voy ya saben a donde, k han hablado de comida y tengo una semana casi sin comer..yuuu
    Bendiciones a los dos.

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  2. Papi:

    ¡Gracias por tan hermoso día vivido juntos! ¡Cómo me divertí a tu lado!
    Gracias por darme con todos los gustos y por seguirme en mis planes e ideas.
    A veces parece increíble que tengamos tantos gustos y cosas en común. Es esa gran conexión que nos une la que la mayoría de la gente no entiende... Pero bueno

    Te amo con todo mi corazón

    Un beso grande ASÍ

    Tu Lolita

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  3. Preciosa y distinguida postal de viaje. Puerto Madero es un paraíso en medio de esta ciudad al igual que El Tigre; se los recomiendo para un próximo viaje si no lo conócen.

    Veo una entrada posterior, pero como me gusta el tono reflexivo, prefiero leerla mañana con la atención que se merece.
    Siempre un placer leerlos.

    Besitos por dos.:-)

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