sábado, 26 de marzo de 2011

Delayed

El miércoles, cuando salí del trabajo, estaba más que contenta porque empezaba mi fin de semana largo; pero no sólo por eso, sino también porque con el Profe íbamos a tener juntos nuestro primer viaje a la ciudad de Buenos Aires para asistir esa noche al cumpleaños de un amigo muy especial para él.
Llegué a casa, terminé de preparar rápidamente la valija y al ratito me pasó a buscar en un taxi para dirigirnos al aeropuerto. ¡Estaba tan contenta! ¡Nuestro primer viaje en avión! Habíamos tenido que elegir ese medio para poder llegar rápidamente ya que debido a mis obligaciones y al horario de la fiesta, no era posible hacerlo en micro. El santo del Profe, la mañana del martes había ido hasta el centro, con todo el calorón, a pagar los pasajes que había reservado en Andes Líneas Aéreas por teléfono y a sacar los de vuelta en el servicio cama-suite de Urquiza.
Llegamos a las cuatro de la tarde y fuimos hasta el mostrador de la aerolínea Andes para retirar nuestras tarjetas de embarque.
Hicimos el trámite y cuando nos estábamos por retirar, la chica nos advirtió:
–El vuelo está un poco retrasado… todavía no ha salido de Salta. (Andes es una empresa salteña)
–¡Uy, no!
–Bueno, Gordi, espero que no sea mucho el retraso. Si querés hacemos tiempo y vamos a tomar un cafecito.

Y así lo hicimos. Sabíamos que no íbamos a salir en el vuelo 891, de las 16:40 como estaba planeado, pero de todas maneras estábamos con tiempo, ya que la fiesta empezaba a las nueve de la noche.
Al ratito pasamos para el salón de embarque y nos sentamos a esperar.
Cada tanto mirábamos ansiosos la pantalla donde se anunciaban los vuelos y donde el nuestro aparecía siempre con el cartelito de letras rojas de DELAYED, forma de decir que el vuelo está demorado y nunca se sabe cuánto va a tardarse en arribar.
Una hora después estábamos muy ansiosos y sacábamos cálculos de cómo llegaríamos con los tiempos. Dos horas después de la hora señalada de partida, nos empezamos a preocupar seriamente.
–¡Encima acá no hay a quién quejarse ni preguntar! –Masculló el Profe, que a esta altura de los acontecimientos estaba empezando a juntar presión como una Marmicoc de las de antes.
Y era cierto: en la sala éramos muchos pasajeros pero ningún responsable de las aerolíneas.
De pronto le dije:
–Mi amor… ¿Y esa chica con cartelito colgante del cuello? ¿No será alguien de acá?
Se levantó rápido y fue hasta donde ella estaba. Resultó ser de Andes. De lejos veían que hablaban, que el Profe le planteaba cosas, se quejaba y que la chica respondía. De pronto veo que, preocupado y agarrándose la cabeza, volvía hacia donde yo estaba sentada.
–Está previsto que salga a las once de la noche, Loli.
–¿QUÉEEE? ¬Pero… pero…. ¡Recién son las siete y media! ¿Qué vamos a hacer hasta esa hora? ¿Y te imaginás la hora a la que vamos a llegar a la fiesta?
Nos quedamos muy preocupados los dos no sólo por la paciencia que íbamos a tener que juntar en las próximas horas, sino por lo tarde que íbamos a llegar a un evento tan importante para él.
Unos minutos después, vio pasar a una responsable del aeropuerto y se paró a hacer la queja y a charlar para ver que podíamos hacer. La señora nos dio una posible solución: salir, ir al mostrador de Andes e intentar que nos cambiaran el vuelo. Quizás tenían convenio con otra aerolínea y nos era posible viajar antes.
Eso hicimos. Pero no dio resultado. El responsable, a pesar de que le explicamos la situación y la urgencia que teníamos por llegar a Buenos Aires, nos manifestó que no podía hacer tal cosa porque el vuelo no estaba cancelado, sino simplemente retrasado debido a fallas técnicas.
–Compren otro pasaje. –Nos dijo muy suelto.
–No podemos, confiábamos en que esto no iba a pasar. No vamos a comprar otro pasaje así porque si… ¿Usted que se cree?
–Bueno, miren, la verdad es que no podemos hacer nada…
–No nos deja muy tranquilos el que el avión tenga fallas técnicas. ¿Qué garantía tenemos de que no va a tener fallas técnicas cuando llegue acá?
El chico se encogió de hombros. Lo único que conseguimos es que nos diera un vale para comer algo en el bar ya que no íbamos a cenar y hacía un par de horas que teníamos el estómago vacío.
El tiempo parecía no pasar más. A la noche finalmente nos sentamos en unos sillones y abrazados nos pusimos a conversar y a esperar que llegara el momento de partir. Reflexionábamos que quizás esto tenía que suceder y que si nos pasaba a nosotros alguna razón había.

La sala se fue vaciando. Todos los demás pasajeros ya habían abordado sus aviones. Hasta el bar y el free shop cerraron sus puertas, dejándonos cautivos dentro de la sala.
El mismo jovencito que nos había escuchado la queja, se acercó a las once y media de la noche para decirnos que el avión estaría aterrizando listo para embarcar a las doce y diez. ¡Una hora más de lo previsto!
El cansancio, el sueño y la desilusión se apoderaron de mí. El Profe ahora estaba tranquilo y paciente. A pesar de todo lo que nos sucedía, apelamos al sentido del humor junto a los otros seis pasajeros que quedaban esperando ese maldito vuelo que nunca llegaba.

Esa fue nuestra primera experiencia de vuelo. Parecía como que todo estaba mal, pero como suele suceder, detrás de una cosa que aparenta ser adversa, por lo general, la vida nos oculta una sorpresa…

Lolita
PD: En el próximo post relataremos lo que ocurrió después.

 


11 comentarios:

  1. De que las Leyes de Murphy aparecen, ni cómo hacerlas a un lado.

    Pero será una noche para recordar, a veces es necesario que pasen estas cosas para poder hacerle frente a otras situaciones más difíciles.

    Espero que nos sigan contando y que en los relatos futuros ya hayan cambiado las cosas.

    Abrazos a ambos.

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  2. Es un bajón cuando se retrasa el vuelo. Mi papá trabaja en la remisería de lujo del aeropuerto y si a veces pasa que espera a un pasajero que viene de Bs As (por ejemplo) y se retrasa tiene que andar chequeando a cada rato el vuelo.
    Un truco: cuando tomen cualquier avión y pasen estas cosas chequeen el estado del vuelo en la página del aeropuerto (http://www.aa2000.com.ar/) Eso es lo que hace papá para no clavarse en el aeropuerto esperando el vuelo.

    Me diste intriga... ahora quiero saber qué pasó!

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  3. El embole de la espera, el cumple que ya llegaban a cualquier hora, el cansancio y la bronca. Todo un mix agotador.
    Pero como decís, detrás de las nubes, siempre se asoma el sol!

    cariños par los dos

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  4. Epa,nos quedarémos con la intriga hasta un nuevo post!
    Un garrón todo lo que paso,antes y es indignante como las personas que tienen que estar ahí haciéndose cargo,nunca lo hacen.
    Un beso para los dos..

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  5. A si dicen en mi casa, todo pasa por alguna razon.... en fin lo bueno es que al final estaban pacientes yo me hubiera super enojado :S
    En fin abrazos :D

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  6. LEVANIA:
    Si, así fue. En ese momento estábamos ansiosos y preocupados, pero hoy ya nos causa gracia... Fue una anécdota más de las tantas que nunca vamos a olvidar y que por suerte pudimos vivir juntos.
    Un abrazo.

    Santitah:
    ¡Uf! ¿Tu papá vive eso todos los días? ¡Pobre!
    Gracias por el consejo... cuando volvamos a viajar tendremos en cuenta consultar la página. (Aunque espero que no vuelva a sucedernos algo así) :)
    Besitos.

    Lady Baires:
    Tal cual. "Mix agotador". ¡Esas son las palabras!
    Afortunadamente existe el sol detrás de las nubes y las sorpresas detrás de las desgracias.
    Un beso grande.

    Nerea:
    Por fortuna el Profe tiene tanta determinación que busca por cielo y tierra a quien quejarse... ¡Y siempre termina encontrándolo! Jejeje.
    En breve contaremos el resto de la historia.
    Besitos.

    Yop!
    Estuvimos enojados y muy preocupados un rato, pero después nos dimos cuenta que no podíamos hacer nada, que lo mejor era esperar pacientes y sacar de un mal momento lo mejor... Yo le decía: "Gordi, gracias a Dios que estamos juntos... ¡Imaginate haber pasado esto mismo y separados!¡Podría haber sido peor!" :)
    Abrazos para vos.


    Lolita.

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  7. Es obvio que cuando uno espera un avión, el tiempo no pasa volando!!!

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  8. Oh, ¡qué situación inesperada! Menos mal que llegaron y volvieron y están bien.

    Nunca viajé en avión y siempre tuve la certeza de que la experiencia me emocionaría mucho.

    Cariños a los dos.

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  9. uyyyy Loli que feo lo del vuelo cancelado pero me "huele" a que la recompensa por la espera vino después. Aún as, lo importante es que compartieron juntos su primer viajecito uyyyy que rico.

    Un abrazo para ambos ¿cómo va el frio por el sur? aqui empieza el bendito calor de loooooocos.

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  10. Gastón:
    Jajaja! Muy buena frase! Me hiciste reír! Y la verdad es que tenés razón... ¡Si lo sabremos nosotros! :(
    Beso grande.

    Marga:
    Si, totalmente inesperada... No se nos ocurrió pensar que esto podía pasarnos... Bueno, menos mal que sobrevivimos y estamos bien y nuevamente en casa!
    Besitos.

    Lyna:
    Después de tanta espera ya no me parecía tan mágico poder volar juntos... ¡Pero sí que lo fue! En breve contaremos la otra parte de la historia.
    ¿El frío? Y, ya empieza a sentirse por estos lados. Ya usamos camperita y poulovercito... jeje
    Un beso grande!

    Lolita.

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  11. Dudaba si había comentado este post y recordé que lo hice en facebook, jajajajaa!!!

    Bueno, paso a dejarles un beso enorme!!!!

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