Me despierto a la mañana con el sol filtrándose por la ventana, y cuando siento su piel junto a la mía y miro su cuerpo plácido descansando, mi corazón se llena de esa ternura que siente una madre cuando contempla a su bebé durmiendo en su cunita. Me incorporo un poquito y lo beso. Le recorro desde el cabello completamente desordenado hasta el pecho con mi nariz y mis labios, para poder hacer dos cosas al mismo tiempo: sentir su aroma tibio y agradable mientras abandono cantidades de besos en cada centímetro de su suave piel.
Se mueve un poquito y emite un gemido de placer al sentir mis mimos, mi boca recorriendo su cuerpo e invitándolo a disfrutar del nuevo día que recién comienza. Sé que es especial para él este momento no sólo porque estoy a su lado sino porque esa es una hermosa forma de comenzar el día: con amor.
Sé que por la edad que tiene no puede levantarse de un salto como yo y necesita su tiempo para abrir despacito los ojitos y acostumbrarse al brillo y al resplandor del sol. Lo respeto. Le doy su tiempo. Mientras, yo voy hasta la cocina a preparar el desayuno para ambos. Sé lo que quiere tomar y lo que prefiere para comer.
Se mueve un poquito y emite un gemido de placer al sentir mis mimos, mi boca recorriendo su cuerpo e invitándolo a disfrutar del nuevo día que recién comienza. Sé que es especial para él este momento no sólo porque estoy a su lado sino porque esa es una hermosa forma de comenzar el día: con amor.
Sé que por la edad que tiene no puede levantarse de un salto como yo y necesita su tiempo para abrir despacito los ojitos y acostumbrarse al brillo y al resplandor del sol. Lo respeto. Le doy su tiempo. Mientras, yo voy hasta la cocina a preparar el desayuno para ambos. Sé lo que quiere tomar y lo que prefiere para comer.
Después de unos minutos, siento sus pasos pesados aproximándose. Cuando viene, todavía somnoliento hasta mí y me abraza de la cintura, le doy un dulce beso en los labios y le entrego su vaso de leche al tiempo que le sirvo el café.
Es mucho mayor que yo, lo sé, pero hay veces en que no sé por qué me siento como una madre cuidando a su hijito. A veces me inunda la ternura y lo siento pequeñito e indefenso. Y me gusta. Me gusta haber acostumbrado a un hombre a sentirse vulnerable en mis brazos y necesitado de cuidados.
Los hombres dulces y sensibles son los que mejor pueden hacer sentir a una mujer.
Con mi Profe yo me siento así.
Es mucho mayor que yo, lo sé, pero hay veces en que no sé por qué me siento como una madre cuidando a su hijito. A veces me inunda la ternura y lo siento pequeñito e indefenso. Y me gusta. Me gusta haber acostumbrado a un hombre a sentirse vulnerable en mis brazos y necesitado de cuidados.
Los hombres dulces y sensibles son los que mejor pueden hacer sentir a una mujer.
Con mi Profe yo me siento así.
Lolita
Foto: © by Katrin
UHHHH!! que tiernoooo!!... cuando siento pena por no encontrar a mi amor.. cuando siento ganas de abandonarme.. palabras como las que hoy leo me hacen sentir mas deseosa..con mas fuerza..mas entusiasmada diciendome..no es una utopia shahrazad.. si existe.. y lo vas a encontrar!!
ResponderEliminarel amor ante todo debe ser placentero!
ResponderEliminarsaludos a deshora.
Asi es el amor, mi querida Lolita..que nunca se pierda esa magia y ternura.
ResponderEliminarBesos dulces...
No existe mejor despertador mañanero que esos besos dulces, pasionales y llenos de amor.
ResponderEliminarBesos a la misma hora