jueves, 19 de febrero de 2009

Imágenes

Lolita esperándome a que llegue, acodada en la baranda de la terminal y corriendo hacia mí, para que cuando baje del micro el primero, colgarse de mi cuello, trepándose con todo el cuerpo, enlazando sus piernas en mi cintura, para besarme delante de la gente, sin importarle que alguien pueda estar mirando.
¿Otra imagen? En ese lugar que hicimos nuestro, leyendo el diario del domingo, masticando una barrita de cereal y dándole sorbitos cortos a su café con leche, esperando a que se enfríe un poco.
O revolviendo anaqueles en una librería de ocasión. Ojeando libros en un café literario. Concentrada en el monitor, moviendo sus dedos largos y finos a velocidad irreal sobre el teclado.
Y sentada en el piso en posición de loto, escuchando historias de mi vida, relatos desconocidos para ella, mirándome con esos ojos que tiene, profundos y curiosos, como los de los niños cuando están aprendiendo a conocer el mundo a través de las palabras.
Lolita riéndose a carcajadas de mis ocurrencias en la mesa de un restaurante o de mis payasadas en la calle. Entregándome un paquete con los regalitos que me hizo con sus propias manos.
Absorta en la pantalla del cine, con sus anteojitos para ver de lejos, fascinada por la trama de la película.

Sentada en el patio del colegio con su uniforme reglamentario durante un acto de fin de curso, dándose vuelta, haciéndose la disimulada y sonriéndome con picardía al descubrirme entre los presentes.
Encantada en el parque de diversiones después de salir de un tren fantasma de trayecto demasiado corto como para subirse a mi falda y esconder su cara entre mi cuello y mi hombro. O enfurruñada porque quise fumar un cigarrillo más después de la cena.
Frente al espejo del baño, con la gomita del pelo entre los labios, recogiéndose el cabello, a contraluz, con su cuerpo de mujer recién estrenado, sus cachetes de la cola parados y firmes, sus muslos pefectos y todo el desprejuicio de una juventud que no sabe de vergüenzas ni reparos.

Lolita durmiendo su sueño sin pesadillas, desnuda y agotada después del amor, con su cabello desparramado en la almohada, los senos erguidos rematados con sus pezones de nena, la cara de costado, las piernas entreabietas y el rostro relajado. Tan bella que de sólo mirarla, se me corta el aliento... y ella sin saber que en ese momento mis dedos rozan una hebra de su pelo para acariciarlo sin despertarla, y mis ojos buscan captar esa imagen instantánea como una foto, para tener aunque sea una oportunidad de evocarla algún día con la memoria y, también, con el sentido del tacto.

Lolita haciendo mohínes. Abriendo la puerta del baño sin golpear. Corriendo de un lado a otro de la habitación para posar frente a la cámara digital que dejará plasmada una foto de su cuerpo desnudo en una pose atrevida. Escondiéndose debajo de la cama o dentro de un placard. Rociándose, antes de salir a cenar, con el perfume francés que acabo de regalarle y estirando un brazo para que huela y le diga cómo le cae a su piel. Sacándose una sandalia para deslizar los deditos del pie en mi entrepierna por debajo de la mesa en una confitería.
Apoyando toda la mano sobre la dureza que abulta mi pantalón en el asiento de un taxi, sin inmutarse por la mirada del conductor en el espejo retrovisor. Abiendo las piernas para dejar que mis manos sientan que está mojada y caliente, en una noche de luna llena en el puente sobre el lago artificial de un parque público, al mismo tiempo que, con el rostro de costado, me besa con sus labios húmedos y su lengua inquieta.
Lolita caminando de una punta a la otra de la habitación, desnuda, hablando por su teléfono móvil, inventando excusas y explicando que en ese preciso momento estaba por encontrarse con sus compañeras para ir a cenar, mientras me guiña un ojo con un gesto de complicidad.
Lolita despidiéndose desde el colectivo, yéndose para su casa cuando cae la tarde de un frío lunes de invierno, después de un fin de semana largo que tuvo gusto a poco, de tan corto que resultó.

Imágenes todas que –suceda lo que pudiere suceder–, han quedado grabadas en mi memoria y allí permanecerán, celosamente guardadas, hasta el fin de mis días.

El Profesor



10 comentarios:

  1. Hay imágenes que valen mil palabras...

    Pero hay otras imágenes (como estas que nos detallás) que valen toda toda una vida.

    Abrazo para vos
    (y besos para ella)

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  2. No habia visto el blog antes. Me voy a dar una vuelta mas detenida! Beso

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  3. Ya se le extrañaba profesor :)... que bueno que quiera asi a su lolita xq ella esta re muerta x ti!
    una sonrisota :D

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  4. Lolita y Profe:

    Hola, es la primera vez que entro, y si bien todavía no leí el blog completo, puedo ver que lo que escriben es hermoso. De todas maneras, no dejo de tener una sensación agridulce. Ojo, no los estoy juzgando, solo les comento que encuentro contradicciones que no entiendo. Por ejemplo, al pié del blog ponen un banner anti-pedofilia, pero de acuerdo a sus relatos mantienen una relación entre una persona mayor (bastante mayor) y una menor, o que al menos era menor cuando empezó la historia. Con todo respeto, no quiero ofenderlos, pero ¿no es eso pedofilia acaso?. No estoy diciendo que sean criminales, es más, tal vez todo sea una fantasía de un talentoso escritor o escritora, y ningún menor se vió implicado en esto. Pero si no es así, supongamos que sean dos personas de carne y hueso que comparten con los lectores su historia de amor (y sexo). Acaso el límite sólo está en el consentimiento de la menor? Si es de común acuerdo es legal? No estoy tan seguro de eso...
    Además, invitan a retirarse del blog a cualquiera que tenga menos de 18 años, lo que me parece muy atinado, pero por otra parte, todo el contenido no hace más que relatar las sensaciones y vivencias de alguien de esa edad. O sea, cómo es eso? Son situaciones que un menor puede vivir (y de hecho, disfrutar), pero se metería en problemas si las lee en un blog?
    Disculpen si les cae mal mi comentario, repito que lo hago con todo respeto y sin juzgarlos, me encanta que tengan esta historia de amor, y no escribo desde el ángulo de los prejuicios, pero quería compartir lo que me pasa cuando los leo. Ni siquiera tienen que responderme si no tienen ganas, solo me gustaría que no borren el comment.
    Perdón por extenderme tanto, el blog me gustó y los voy a seguir leyendo.

    Saludos

    Hernán

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  5. Hernán:

    Agradecemos su comentario y lamentamos que le produzca esa sensación.
    Más allá del texto de advertencia en el cuadro de comentarios, considero necesario aclararle algunos puntos que, creo, tiene usted algo confusos.
    En principio, se entiende por “pedofilia” en estricto sentido, al sexo con niños o adolescentes menores de trece años, y es un delito que está tipificado en el Código Penal:

    TITULO III
    DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL
    Capítulo II
    ARTICULO 119. - Será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a cuatro años el que abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo cuando, ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción.
    La pena será de cuatro a diez años de reclusión o prisión cuando el abuso por su duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima.
    La pena será de seis a quince años de reclusión o prisión cuando mediando las circunstancias del primer párrafo hubiere acceso carnal por cualquier vía.
    En los supuestos de los dos párrafos anteriores, la pena será de ocho a veinte años de reclusión o prisión si:
    a) Resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima;
    b) El hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda;
    c) El autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, y hubiere existido peligro de contagio;
    d) El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con armas;
    e) El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en ocasión de sus funciones;
    f) El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho años, aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo.
    En el supuesto del primer párrafo, la pena será de tres a diez años de reclusión o prisión si concurren las circunstancias de los incisos a), b), d), e) o f)."

    Por su parte, se entiende por Estupro, lo que se prescribe en el:
    ARTICULO 120 — Será reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años el que realizare algunas de las acciones previstas en el segundo o en el tercer párrafo del artículo 119 con una persona menor de dieciséis años, aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, su relación de preeminencia respecto de la víctima, u otra circunstancia equivalente, siempre que no resultare un delito más severamente penado.
    La pena será de prisión o reclusión de seis a diez años si mediare alguna de las circunstancias previstas en los incisos a), b), c), e) o f) del cuarto párrafo del artículo 119.
    Esto, desde la ley.

    Claro que como usted sabe, la realidad se da de patadas con la ley, que no parece ser pareja para todos. Y no queda claro eso de la "inmadurez" sexual, a la luz de ciertas conductas adolescentes generalizadas y, en especial, la de ciertas adolescentes mediáticas.
    Me viene a la memoria un número de la revista “Hola”, en la cual la hija quinceañera de Moria Casán se mostraba en un hotel de Cataratas del Iguazú, y declaraba tan suelta de cuerpo que había ido con su amante de 38 (creo), y no recuerdo que ningún juez haya obrado de oficio (la ley interviene de oficio ante el simple conocimiento de la comisión de un delito) y haya detenido a ambos, llevando a juicio a ese señor. Pero claro, Sofía Gala es hija de Moria Casán, y el hecho se reduce a que la “nena” quiso saber (ella manifestó que había perdido la virginidad ya antes en forma pública, y las revistas lo publicaron) cómo era eso de tener una semana “hot” en Cataratas del Iguazú con su “papi”. Ahora, si lo mismo lo hace, con consentimiento de la “nena” Juan Pérez, comete el delito de estupro.
    ¿Va comprendiendo?
    Nicole Neumann (que inició la moda de las “Lolitas”) y su mamá que le hacía de representante, fueron las pioneras en la década de los ´90, seguidas por Sofía Gala, Luisiana Lopilato, Juanita Viale y un largo etcétera.
    Eso, en mi entender, se debe al doble discurso de una sociedad hipócrita, que está pasando por una profunda, acentuada y penosa crisis de valores que dejará consecuencias para el futuro.
    Eso, desde lo social.

    ¿Sabía que Manuel Belgrano cometió estupro, en estricto sentido, cuando dejó embarazada a una joven de 15 años, cuyo hijo ni siquiera reconoció? (No estoy criticando la vida de Belgrano quien, por cierto, me parece una de las personas de nuestra historia que más hizo por este proyecto de nación).
    ¿Sabía que Domingo Faustino Sarmiento tenía relaciones con la menor Aurelia Vélez, hija de su mejor amigo, Dalmacio Vélez Sarsfield y que cuando la adolescente contrajo matrimonio fue devuelta y repudiada por su marido por no ser virgen y por estar al tanto de la relación con el Ilustre Sanjuanino Padre del Aula Sarmiento Inmortal?
    ¿Sabe cuántos personajes de nuestra historia y de historia del planeta caerían en lo mismo?
    Recuerdo que a mediados del siglo anterior, aún se concertaban matrimonios entre tiernas niñas ápenas púberes con señores muy mayores, a fin de consolidar patrimonios. Hoy no se hace así: quienes llegan a los acuerdos son las púberes por ellas mismas.
    Esto, desde lo histórico.

    El blog es como usted lo lee, con cierto toque literario para la edición del texto, pero poniendo de relieve sensaciones, sentimientos y situaciones vividas.
    En estricto sentido, y según lo que prescribe la ley, ni yo soy pedófilo ni cometí estupro en la persona de Lolita. Ni ella considera que yo la haya “sometido con engaños” aprovechándome de su inocencia. Le doy el dato, para ver si se puede quitar ese regusto agridulce.
    Cierto es que estaba en el colegio y había pasado el límite de edad del artículo 120 del CP:
    Ahora bien: esta historia nuestra no se trata de sexo. No empezó así, sino de otra manera mucho más romántica o ideal, por ponerle nombre a la situación. Ni ella esperaba encontrar en mí al hombre con el cual entregaría su doncellez, ni yo lo busqué, porque no tengo por costumbre andar a la caza de “Lolitas” para seducirlas, ni en la calle ni en Internet.
    Le sugiero, y sólo le sugiero, que lea todo el blog. Quizás comprenda mejor de qué va la cosa.
    Finalmente, no sé si está usted al tanto de la realidad de la sociedad argentina, en especial de las “nenas de buena familia”, que hacen “petes” (y otras cosas más) antes de entrar a los boliches, mientras están adentro y cuando salen, sólo para poder convencer al Pato Vica de turno que las deje entrar alcoholizadas, para conseguir un vale de alcohol gratis o por una simbólica suma que a esta altura debe ser de diez pesos, para comprarse una remerita al cabo de cuatro o cinco “petes”. O, lo que es peor, sólo para sentirse cancheras.
    Y esas sí son “Lolitas” de 12 a 16 años.
    No es nuestro caso para nada. Lolita, ni siquiera toma alcohol, tiene una vida extremadamente sana, es una brillante alumna (mucho más de lo que usted imagina) y una persona de bien, en el sentido más estricto de la palabra. Responsable, aplicada, creativa, esforzada, soñadora, dulce, desinteresada y... bueno, podría decirle muchas cosas más, pero puede usted leerlas por sí mismo.
    Como verá, en este blog si se toca el tema del sexo es desde la manifestación de sentimientos, la culminación del amor en la entrega física de uno con el otro.
    Y como podrá comprobar, ni siquiera aceptamos propuestas de páginas de sexo que quieren publicar nuestros relatos. No tiene nada que ver con nosotros ni con nuestra historia, porque ya tenemos nuestro propio blog restringido para eso, en otro estilo, pero sin abandonar el amor y cuidanto mantener cierto... ¿decoro? ¿buen gusto? ¿Qué nombre quiere ponerle?
    Para su tranquilidad –ya que nosotros la tenemos–, desde hace poco tiempo, nuestra relación puede considerarse “atípica”, si se quiere, pero dentro del marco de la ley.
    Como verá, no tenemos por hábito borrar comentarios, a menos que sean francamente insultantes, discriminadores o que hagan apología de cualquier delito.
    Y sí tenemos el hábito de contestar los comentarios ingeniosos, alentadores, de buena intención o que nos auguran un futuro (por corto que sea) juntos.
    Gracias por leernos.

    El Profesor.

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  6. Iba a decir ¡Qué hermoso lo que escribió, sr. Profesor!
    Es un gusto conocerlo, soy una lectora nueva y tengo afinidad (cariño, ya) con su Lolis.
    Ruego que Hernán no entre a mi blog porque se desmaya, es más voy a poner: no apto para personas impresionables ni menores de edad.
    No puedo entender cómo no nota la diferencia de lo que es "pornográfico" (el mío lo es), "pedófilo" (una aberración acusarlo de ello), con esta historia que tiene matices literarios y artísticos.
    Y encima, no se informó como corresponde, con respecto a nuestras leyes, tampoco vio noticieros argentinos, tampoco ve la noche (porteña en mi caso) lo que realmente pasa con los menores.
    Rasgarse las vestiduras ante este blog, me parece de una mente finita.
    Perdón, pero me sentí indignada.
    Me apena que esta persona sea tan limitada, antes de juzgar (porque, aunque lo niegue; lo hizo) debería vivir un poco más e informarse sobre el tema que está cuestionando.
    Sean felices chicos, no importa si es una mente brillante la que escribe esto, o si es real. Yo compré "Lolita y El Profesor", y para mi, es lo máximo.
    Besos!!!!!!!!!!!

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  7. Sra Angel: Muchas gracias por su comentario y por seguir nuestro blog. Agradecemos que comparta nuestra opinión y que pueda comprender el real sentido de este blog, cuyo tema principal es el amor entre dos personas de muy diferente edad (mi profe y yo, Lolis).
    No sabía que dudaba de nuestra historia... quizás no sea la única. No es una mente brillante, es una historia real, una historia que se construye día a día y que nos proporciona el bienestar y la felicidad suficiente para seguir juntos. Es proyecto poner por escrito toda la historia real, plasmar en un libro todos los hechos para que nuestros lectores puedan sumergirse más a fondo en nuestra historia.
    Un beso grande.

    Lolis.

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  8. Profesor: Muchas gracias por su rápida respuesta. Sinceramente no conocía la diferencia entre "pedofilia" y "estupro", y mucho menos sus alcances legales, etc, etc. No soy un estudioso de las leyes, y es cierto que quizás debería haberme instruído más antes de hacer mi comentario. No hubiera hecho falta que se tome el trabajo de copypastear la ley, si me lo hubiera dicho con sus palabras igual le hubiera creído. Es cierto lo que dice, y sinceramente coincido con la mayoría de sus opiniones. Le agradezco también la altura de su respuesta, ya que en ningún momento me ofendió y me explicó claramente en qué puntos estaba la diferencia entre lo que yo pensaba y su realidad. Seguiré leyendo el blog, quizás sin comentar, no vaya a ser que otras personas se escandalicen si disiento en algun sentido.

    Y eso me trae a la mente...

    Sra. Angel: No se qué le habrá echo pensar que el profesor y su lolita necesitan que Ud. salte como leche hervida para defender sus ideales. Por si no se ha dado cuenta, el profe puede perfectamente expresarse para mantener su postura, y además lo hace de una manera adulta y sin ofender al otro, de la misma manera que lo hice yo. No puedo decir lo mismo de Ud., ya que en dos minutos, sin conocerme, y sin que nadie le haya pedido su opinión, me llamó "persona limitada" y de "mente finita", entre otras barabaridades. Quizás Ud. debería asesorarse sobre a quién se está dirigiendo, porque hacerlo así gratuitamente, me parece cuanto menos irresponsable e ignorante de su parte, por ser benévolo en mi calificación.
    No me rasgo las vestiduras ante este blog (ni ante ningún otro). No soy impresionable, ni pudoroso, ni prejuicioso. Me importa muy poco qué habrá sido lo que Ud. interpretó de mi comentario, lo cierto es que en ningún momento juzgué al profesor (ciertamente, suelo usar otro tono si ese fuera el caso). Todo lo que hice fue hacerle notar lo que a mí me parecía -erróneamente- una contradicción, y él se ocupó de despejar mi duda, asunto terminado.
    Otra cosa, hice caso omiso de su ruego (así de loco soy) y entré a ver qué tanto me espantaba su blog. Sorpresa sorpresa! No me desmayé! No me rasgué las vestiduras, ni me escandalicé! Tranquila, no voy a volver a entrar, su blog solo me aburrió.

    Les pido disculpas, Profe y Lolita, por abusar de su espacio para contestarle a ésta persona, no volverá a pasar, espero que como yo, consideren el tema cerrado, pienso que de acá en más las palabras sobre el asunto se tornarán redundantes. Los saludo a los dos, deseándoles toda una vida de amor juntos. Y que sigan sus éxitos.

    Hernán

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  9. Bueno, bueno... haya paz.
    Señor Anónimo: A ver... esa última parte del comentario, ¿no le parece que no es procedente escribirla aquí? ¡Llenamos el casillero de letras!
    ¿Sabe? En algún lugar, en algún post, Lolita escribió que yo no creo en los absolutos y me cuido muy mucho de los juicios de valor. De ahí mi respuesta.
    Y, por favor, no se prive de comentar si en realidad le gusta nuestro blog.
    ¿No le parece?
    Un saludo,

    El Profesor

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  10. En hora buena por el reconocimiento y el aprecio de los lectores. He disfrutado, como de pocos, éste espacio de sentimientos, literatura y goce.

    Un placer haberlos encontrado y un dolor pequeño dejarlos... pues la vida no solo está los blogs, por buenos que estos sean.

    Por hoy, es hora de buscar en el mundo a mi Lolita.

    Abrazo enorme!

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Lolita y El Profe